Un mundo de mujer!

Estoy gorda, si.

Es diferente "soy gorda" a "estoy gorda" la percepción de una situación determina el actuar de las personas. Despersonalizar aquello que nos jode la existencia, es el primer paso para cambiar nuestra conducta. Podría seguir citando mil psicologías más, pero no hay caso.
Estoy gorda y me encantaría que fuera por las deliciosas lasañas que hace mi hermana, por la cerveza al final de una jornada calurosa, por los chocolates que me lleva un enamorado a la oficina; por los churros con chile compartidos con los amigos, por las delicias de la abuela, por el dulce de leche que comparto con papá o ya de perdida por las galletitas de nuez con miel que hacen los chinos de la ciudad o el helado de queso con zarzamora que no me como. Pero no, simplemente la glándula vive sin necesidad de mi.
Hace días me encontré con el blog de La Gorda Triste, en uno de sus post reflejaba la inseguridad de una mujer insegura de su cuerpo, de su sensualidad. Hasta que un rayo de luz en la persona de un viejo conocido la puso ante su propia luminosidad, pudo sentir su cuerpo como una fuente de belleza.
Después de leer su texto recordé la frase que le da título a esto; uno de los hermanos de mi madre me llamó así "Mi mundo de mujer" y no niego que le agregó la chispa simpática a la percepción de mi cuerpo. Después mi hermana me recuerda -todo el tiempo- lo llamativas que son mis curvas y evoca a los aventureros que se dieron a ellas. Convencida me da la vuelta y se lamenta de los cuerpos sin forma que nos impusieron como bellos.


Así que soy un mundo de mujer, traspasando límites y valiendome mazapán lo que me digan los vidrios de los aparadores, sintiendo por entero la mano convencida de la única persona a la que admito un juicio: Yo.