Hay días que... (Segunda parte)


Pinche día.

- Llegué tarde a la junta, culpa de mi ahora nueva fuerza de voluntad que me obliga a no salir de casa sin antes echarle algo a la panza.

- Se rompió un zapato de mi par favorito, de esos que ya no hacen ni en León.

- Perdí una llamada importante por poner el teléfono en vibrador, que a su vez puse en el saco, que posteriormente me quité por el calor de las prisas.

- En el camino a la clase donde soy asesora, al carro se le ocurrió reclamar gasolina haciéndome un paro en pleno boulevard. No tenia un mísero peso en la cartera para pagar el camión. Llegue 30 minutos tarde -jijos, dos veces en el día-, sin consecuencias.

- Cuando parecía que el día me regalaría una noche reparadora, ya en el carro encendido y a punto de salir a casa, se me ocurre bajar a sacar no sé que de la cajuela y cerrar la puerta... con el seguro puesto. Y así, con el motor en marcha, las puertas chapadas, con frío, la calle sola y la cartera vacía, me dieron las 12 de la noche.


Ya lo decía Nacho Vega "hay días en que valdría más no salir de la cama"

Lo único que me salvó el día fueron dos mensajes; uno en la contestadora y otro en el celular, de esos que me devuelven el alma y me hacen dormir como la bendita que no soy.


Comentarios

Javier ha dicho que…
Jaja demonios, y como le hiciste para regresar a tu casa???

Entradas populares