Filosofía de cuarta

¿Qué es el temor?
¿Qué es la inercia?
¿Qué es la ternura?
¿Qué es el deseo?

Chale.
Ahora que veo las fotos del título que dice que soy Licenciada en algo, me pregunto si eso tiene sentido ¿lo tiene?
Ayer me dijeron que soy un "elementazo" en el equipo de trabajo y que vienen cosas muy buenas para mi ¿lo soy, vienen?
Mi padre me dijo la semana pasada que se siente tranquilo con mis decisiones ¿por qué?
Me despierto con la imagen de una piel y unos labios, del mismo modo que me voy a dormir con un nombre y una incertidumbre a medio lóbulo frontal ¿estoy enamorada?

Los cambios son necesarios, son indispensables. Los cambios nos sacuden y hacen que veamos lo que es y no es en nuestra persona. Los cambios son o una oportunidad para avanzar o lo son para retroceder. Los cambios dan miedo. Los cambios emocionan. Los cambios.

Hace 7 años era feminista, de las malas. Hace 5 años seguía siendo feminista, de las tolerantes. Hace 3 años era feminista escéptica. Hoy estoy enamorada... la vuelta a mi cabeza en 7 años.

Hace 1 año maté a la mamá que vivía, sin mi consentimiento, en mi. No la extraño, no me hace falta, que descanse en paz. A cambio reencontré a la adolescente de poemas baratos y música ligera; la metí a bañar y con sorpresa descubrí que era la joven idealista de panfletos, de poemas eróticos, de soledad bien vivida y canciones de protesta que me sigue cayendo de pelos. La vi cortarse la greña, ponerse una blusa y supe que era yo, la yo de ahorita, la yo que reencontró lo que le apasiona y que va por más y que tiene un chingo de miedo, lo bueno es que el miedo nunca la frenó, el miedo es como la tercera pierna que le da impulso y amortigua los chingadazos.

Quiero vivir en el campo con mi ingeniero favorito, en una casa hecha con mis manos, con un jardín improvisado, con una huerta insolente, con una bicicleta resistente, un río cerca y WiFi. Pero él no quiere.
Estoy harta de la ciudad, estoy harta de los centros comerciales, estoy harta de la gente en los carros, estoy harta de la falta de empatía, estoy harta de mi agenda, de mi carro, de este maldito teclado. A él le encanta la ciudad. No quiero terminar como Tomas y Teresa enterrando a Karenine en el árbol de la casa, muriendo después y es tan chingón lo que tenemos, que sabremos encontrarle el punto medio.

Sé que esto no tiene sentido, ni junto ni por separado. Sé lo que quiero, pero no sé como llegar a ello.
Afortunadamente mi ingeniero favorito tiene un sentido de la realidad más trabajado que yo y con sus mesuradas palabras me baja de la nube cuando me da por convertirme en un globo de helio.

Y ya, se me durmieron las nachas, a caminar.



Comentarios

marta mediano ha dicho que…
Me gusta. Yo estoy matando a esa madre ahora mismo ;)

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