Eliceida

Antes de mis 13 años siempre fue mamá, hubo un momento de mi adolescencia en que descubrí que esa persona a la que yo conocía como mamá era una mujer, indescifrable para una hija que no tuvo tiempo.

Eliceida, es un nombre poco común del que no he encontrado raíz, santoral o registro demográfico mayor a 10, busqué muchas cosas de mamá después "Del Accidente", quise conocer a la mujer que me llevaba a las prácticas de natación, a la que me hizo el disfraz de conejito una primavera, a la que me dio el primer maquillaje, a la que una vez le detuve la mano ante una inminente cachetada, a la que tantas veces tantas cosas.

Cuando se habla de las madres, en especial las muertas, es irresistible poner en evidencia las cualidades y maravillas que era, no vale la pena, en esto no cabe la apariencia ni la vanidad, basta con decir que era mi mamá, mi jefa como le dije los últimos meses, con el frescor y la vulnerabilidad de mis 15 años.

Se murió, porque cómo decía Santomé, cualquier palabra que pretenda suplir la de "muerte" es vulgar. Se murió y siempre hará falta, ya no para enseñarme el guiso de cochinita pibil y la formula de la crema antiarrugas, sino para dormirme en un abrazo hoy, precisamente hoy que tanto falta.
Te amo mamá

Aquí un texto que le escribí en la rebeldía de los 17

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